Descubierto para el mundo por los famosos “threetops”, los hoteles árboles que la reina de Inglaterra se hiciera construir allá por los albores del siglo XX para presencias la vida salvaje los más cerca posible, Aberdares continua con ese gusto añejo y victoriano. Yo recomiendo largamente la experiencia, por que es de las pocas veces en Kenia que podremos hacer un safari nocturno sin someternos a las tensiones y los “peligros” de la noche.
Dos Hoteles The Ark y Threetops son los recomendables. Es un safari de una noche como máximo. Se puede ascender hasta las alturas de los montes, para lo cual necesitaremos dos noches, pero sólo como curiosidad o para intentar descubrir al mítico antílope Bongo. Esto para los muy naturalistas. En este parque hay mucha fauna, elefantes, búfalos, leopardos y antílopes como las estrellas más importantes. Hubo leones pero los tuvieron que trasladar ya que se empeñaban en comer Bongos y este animal está hoy en peligro de extinción. Recomiendo a todos comer primero en el victoriano Aberdares Country Club, con el sabor de los que fue, un refugio de blancos que gustaban de los safaris. Desde allí nos suben en un autobús al hotel o reservándolo con tiempo en un 4x4 haciendo safari por el parque. Después y una vez llegado al hotel, nos sentamos en nuestra ventana y a disfrutar. Una charca artificial hace que la fauna acuda a beber durante el día y la noche y sin más contratiempo, cargamos nuestra cámara y buena sesión.
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