24 de mayo de 2017

RUMANIA: ECOEXPEDICIÓN GRAN FAUNA EUROPA CENTRAL



Los osos han empezado a entrar en el comedero que hay instalado en medio de un maravilloso hayedo. El grupo de viajeros no ha tenido tiempo apenas de calcular la luz con sus cámaras, cuando dos hermanos de segundo año han llegado por el bosque a comer las astillas de carne seca que se esparcen en este punto de alimentación suplementaria.

Llevo años acudiendo todas las primaveras a Rumanía, guiando grupos para Ecowildlife, y he podido aprender observando que en los puntos de alimentación abundante, se establece una jerarquía entre los osos que acuden allí. Doug Peacock, en “Mis años Grizzly”, llega a la misma conclusión en sus observaciones con los osos pardos americanos en vertederos o zonas de pastos o frutos del bosque en sazón.

Los dos hermanos comen durante un rato, pero están tensos, y no dejan de estar atentos al bosque que queda al fondo, justo delante de nosotros.  Incluso uno se pone a dos patas para otear mejor. Se marchan y se esconden en el hayedo, pero no en la dirección de la amenaza invisible. Del mismo lado del bosque por el que han salido los hermanos, aunque por otro sendero, llega una hembra de dos años, que se alimenta tranquilamente en el claro. 

Poco después entra un enorme macho, de unos trescientos quilos. Pensamos que ese era el superior jerárquico que asustaba a los jóvenes hermanos. Los dos osos, hembra joven y macho  adulto colosal, comen a una decena de metros con indiferente dedicación. Entonces Jordi, un naturalista con buena vista, nos llama la atención sobre una sombra gris en el bosque. Es la amenaza que los dos hermanos barruntaban. Le susurro al experimentado ranger que gestiona el sitio. Wolf? Yes, yes, wolves. Empezamos a contar fantasmas grises entre los troncos de las hayas: uno, dos, tres, cuatro, cinco.
En el interín, con nuestros sentidos enfocados al bosque donde la manada se entrevé, la osa ha hecho mutis por el foro. El osazo sigue comiendo y los dos hermanos están calibrando la posibilidad de volver al comedero. A su izquierda el enorme macho, quizá su padre, a la derecha los lobos que se asoman entre los árboles. La tensión se lee perfectamente en el lenguaje corporal de los adolescentes. Sus movimientos se congelan pendientes de los lobos. Uno de los cánidos trota en dirección a los osos, pero no aparece por donde lo espero. Ha parado a pocos metros de ellos.

Sé que los lobos pueden volver a asomar la cabeza por algún punto de la línea de árboles. He podido observar ese comportamiento en los lobos ibéricos de la Culebra, cuando se amparan en las plantaciones de pino ródeno. Finalmente aparece un prospector o prospectora (no descartamos que ese lobo tan estilizado sea una hembra adulta). Observamos boquiabiertos como sale a la frontera con el claro. 

Sus pabellones auriculares no dejan de orientarse hacia atrás, allí donde seguro que hay cuatro lobos más esperando, sin perder de vista la caseta donde nos ocultamos seis humanos. Se echa, con la paciencia que le dicta su maravilloso sentido de la estrategia. Los lobos no gastan energías hasta que no llega el momento.

El lobo ha hecho que haya perdido el control sobre las entradas y salidas de los osos. Mis compañeros han sido capaces de distinguir hasta ocho individuos diferentes. El lobo se decide a explorar todos los estímulos  que está recibiendo. Bordea el claro sin llegar a acercarse mucho a ninguno de los osos que comen en él. Rodea nuestra caseta elevada. Por la puerta abierta trasera lo veo. Está como mucho a seis o siete metros del pie de la escalera que sube al porche.

Ati, el ranger, y yo salimos con cautela a la plataforma trasera y el cánido aún pulula  por allí. El veterano guía se pone unas diminutas gafas de cerca, saca su cuaderno de campo y toma notas sin dejar de mirar al lobo que aún vemos fugazmente. Nunca le he visto hacerlo en todos estos años. Incluso a él, el momento le obliga a registrar aquello.

Este es el Check-list de nuesta ecoexpedición, la próxima salida será el próximo mes de Julio. Teneis más fotos de la expedición es este enlace.


ANFIBIOS
1.       Sapo de vientre amarillo (Bombina  variegata)
2.       Sapo de vientre de fuego (Bombina bombina)
3.       Sapo verde (Bufo viridis)
4.       Ranas verdes (Pelofilax sp.)
REPTILES
1.       Culebra de collar (Natrix natrix)
2.       Culebra teselada (Natrix tessellata)
3.       Lagarto ágil (Lacerta agilis)
4.       Galápago europeo (Emys orbicularis)
MAMIFEROS
1.       Ciervo rojo (Cervus elaphus)
2.       Corzo (Capreolus capreolus)
3.       Oso pardo (Ursus arctos) 8
4.       Lobo gris (Canis lupus) 6

GUIA Y TEXTO: JOSÉ CARLOS DE LAFUENTE

18 de mayo de 2017

BOSTWANA: LA GRAN MIGRACIÓN DE LA CEBRA

En una época en la que la intrusión de los humanos en diversos hábitats está llevando a la extinción a muchas especies, los científicos han descubierto una migración animal grupal en África que llega mucho más lejos que cualquier otra que se haya documentado en el continente.

El viaje que realizaron unas dos mil cebras entre Namibia y Botsuana, dos países es una zona poco poblada de África, fue descubierto por expertos en vida silvestre después de que a algunas cebras se les pusieran collares con aparatos para rastrearlas. La migración recién descubierta resulta un inusual faro en una época en la que los movimientos masivos de vida silvestre están desapareciendo por la ocupación de las tierras y otras presiones humanas. Las especies de plantas y animales en el planeta están siendo extintas al menos mil veces más rápido que antes de que los humanos llegaran al planeta, según un estudio independiente publicado  por la revista Science.

La ruta previamente desconocida ocurre en la Zona de Conservación Transnacional Kavango-Zambezi, que es del tamaño de Suecia y engloba parques nacionales en Namibia, Botsuana, Zimbabue, Zambia y Angola. la principal razón por la que la migración no fue detectada antes es porque era imposible saber a dónde iban los animales sin la tecnología GPS para rastrearlos, que en las últimas dos décadas se ha vuelto más accesible y es menos costosa.

La odisea de las cebras es un viaje redondo de 500 kilómetros (300 millas) y arranca en las planicies aluviales cerca de la frontera entre Namibia y Botsuana al comienzo la época de lluvias. Sigue una ruta por el río Chobe y termina entre los estanques y los pastos del Parque Nacional de Nxai Pan en Botsuana. Las cebras pasan unas 10 semanas ahí antes de regresar al punto de origen. Los residentes locales y los conservacionistas sabían que las cebras dejaban las planicies del río Chobe y regresaban meses después durante la temporada seca, pero no sabían a dónde iban los animales. Esta es la migración por tierra más grande que se conozca en África en términos de distancia entre el principio y el fin.

Negras con rayas blancas o blancas con rayas negras

Estos mamíferos africanos, pertenecientes a la misma familia que los caballos (equidae), tienen una apariencia única caracterizada por sus rayas. Hasta hace muy poco, se pensaba que su color base era blanco, pero la ciencia probó lo contrario. Las cebras son de color negro y las rayas blancas que vemos sobre su cuerpo, corresponden a diferentes inhibiciones de pigmentación que le dan su tan particular estética. Ninguna cebra tiene el mismo patrón de rayas que otra. Éste se determina en la etapa embrionaria y estaría dado por el azar, más que por una proporción entre ambos tonos que contrastan sobre su piel.

Si quereis acompañarnos en la próxima salida a Botswana y el Delta del Okavango, teneis más información en este enlace y os he dejado más fotos de esta expedición que acabamos de regresar en este enlace.


12 de mayo de 2017

EL GRAN RETO DE LA VIDA EN LA SABANA

                                                    
Una mama gacela (Thomson) da a luz en la Reserva de la Biosfera de Ngorongoro en Tanzania, el nacimiento es el momento más peligroso de la vida del pequeño bambi. Su madre se come la placenta y lo limpia rapidamente para evitar el olor.

Un movimiento la pone en alerta, un Chackal anda cerca, lo abandona camuflado en el suelo y se aleja para distraer la atención del predador, cuando este pasa(borroso), regresa junto al pequeño recién nacido y le obliga a levantarse y seguirla. Correr es su única defensa.

El momento es de lo más emocionante que hemos vivido en este safari en el parque y el final feliz nos dió una gran alegría aunque sabemos que no es el único momento duro que la gacelita tendrá que atravesar para llegar a la edad adulta.

Tenéis más fotos de este evento en este enlace y la información de la próxima salida a la Gran Migración en Kenia en este otro enlace.