En una época en la que la intrusión de los humanos en
diversos hábitats está llevando a la extinción a muchas especies, los
científicos han descubierto una migración animal grupal en África que llega
mucho más lejos que cualquier otra que se haya documentado en el continente.
El viaje que realizaron unas dos mil cebras entre Namibia y Botsuana, dos países es una zona poco poblada de África, fue descubierto por expertos en vida silvestre después de que a algunas cebras se les pusieran collares con aparatos para rastrearlas. La migración recién descubierta resulta un inusual faro en una época en la que los movimientos masivos de vida silvestre están desapareciendo por la ocupación de las tierras y otras presiones humanas. Las especies de plantas y animales en el planeta están siendo extintas al menos mil veces más rápido que antes de que los humanos llegaran al planeta, según un estudio independiente publicado por la revista Science.
La ruta previamente desconocida ocurre en la Zona de Conservación Transnacional Kavango-Zambezi, que es del tamaño de Suecia y engloba parques nacionales en Namibia, Botsuana, Zimbabue, Zambia y Angola. la principal razón por la que la migración no fue detectada antes es porque era imposible saber a dónde iban los animales sin la tecnología GPS para rastrearlos, que en las últimas dos décadas se ha vuelto más accesible y es menos costosa.
La odisea de las cebras es un viaje redondo de 500 kilómetros (300 millas) y arranca en las planicies aluviales cerca de la frontera entre Namibia y Botsuana al comienzo la época de lluvias. Sigue una ruta por el río Chobe y termina entre los estanques y los pastos del Parque Nacional de Nxai Pan en Botsuana. Las cebras pasan unas 10 semanas ahí antes de regresar al punto de origen. Los residentes locales y los conservacionistas sabían que las cebras dejaban las planicies del río Chobe y regresaban meses después durante la temporada seca, pero no sabían a dónde iban los animales. Esta es la migración por tierra más grande que se conozca en África en términos de distancia entre el principio y el fin.
El viaje que realizaron unas dos mil cebras entre Namibia y Botsuana, dos países es una zona poco poblada de África, fue descubierto por expertos en vida silvestre después de que a algunas cebras se les pusieran collares con aparatos para rastrearlas. La migración recién descubierta resulta un inusual faro en una época en la que los movimientos masivos de vida silvestre están desapareciendo por la ocupación de las tierras y otras presiones humanas. Las especies de plantas y animales en el planeta están siendo extintas al menos mil veces más rápido que antes de que los humanos llegaran al planeta, según un estudio independiente publicado por la revista Science.
La ruta previamente desconocida ocurre en la Zona de Conservación Transnacional Kavango-Zambezi, que es del tamaño de Suecia y engloba parques nacionales en Namibia, Botsuana, Zimbabue, Zambia y Angola. la principal razón por la que la migración no fue detectada antes es porque era imposible saber a dónde iban los animales sin la tecnología GPS para rastrearlos, que en las últimas dos décadas se ha vuelto más accesible y es menos costosa.
La odisea de las cebras es un viaje redondo de 500 kilómetros (300 millas) y arranca en las planicies aluviales cerca de la frontera entre Namibia y Botsuana al comienzo la época de lluvias. Sigue una ruta por el río Chobe y termina entre los estanques y los pastos del Parque Nacional de Nxai Pan en Botsuana. Las cebras pasan unas 10 semanas ahí antes de regresar al punto de origen. Los residentes locales y los conservacionistas sabían que las cebras dejaban las planicies del río Chobe y regresaban meses después durante la temporada seca, pero no sabían a dónde iban los animales. Esta es la migración por tierra más grande que se conozca en África en términos de distancia entre el principio y el fin.
Negras con rayas blancas o blancas con rayas negras
Estos mamíferos africanos, pertenecientes a la misma familia
que los caballos (equidae), tienen una apariencia única caracterizada por sus
rayas. Hasta hace muy poco, se pensaba que su color base era blanco, pero la
ciencia probó lo contrario. Las cebras son de color negro y las rayas blancas que vemos
sobre su cuerpo, corresponden a diferentes inhibiciones de pigmentación que le
dan su tan particular estética. Ninguna cebra tiene el mismo patrón de rayas
que otra. Éste se determina en la etapa embrionaria y estaría dado por el azar,
más que por una proporción entre ambos tonos que contrastan sobre su piel.
Si quereis acompañarnos en la próxima salida a Botswana y el Delta del Okavango, teneis más información en este enlace y os he dejado más fotos de esta expedición que acabamos de regresar en este enlace.
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