Los osos han empezado a entrar en el comedero que hay instalado en medio de
un maravilloso hayedo. El grupo de viajeros no ha tenido tiempo apenas de
calcular la luz con sus cámaras, cuando dos hermanos de segundo año han llegado
por el bosque a comer las astillas de carne seca que se esparcen en este punto
de alimentación suplementaria.
Llevo años acudiendo todas las primaveras a Rumanía, guiando grupos para
Ecowildlife, y he podido aprender observando que en los puntos de alimentación
abundante, se establece una jerarquía entre los osos que acuden allí. Doug
Peacock, en “Mis años Grizzly”, llega a la misma conclusión en sus
observaciones con los osos pardos americanos en vertederos o zonas de pastos o
frutos del bosque en sazón.
Los dos hermanos comen durante un rato, pero están tensos, y no dejan de
estar atentos al bosque que queda al fondo, justo delante de nosotros. Incluso uno se pone a dos patas para otear
mejor. Se marchan y se esconden en el hayedo, pero no en la dirección de la
amenaza invisible. Del mismo lado del bosque por el que han salido los
hermanos, aunque por otro sendero, llega una hembra de dos años, que se
alimenta tranquilamente en el claro.
Poco después entra un enorme macho, de unos trescientos quilos. Pensamos
que ese era el superior jerárquico que asustaba a los jóvenes hermanos. Los dos
osos, hembra joven y macho adulto
colosal, comen a una decena de metros con indiferente dedicación. Entonces
Jordi, un naturalista con buena vista, nos llama la atención sobre una sombra
gris en el bosque. Es la amenaza que los dos hermanos barruntaban. Le susurro
al experimentado ranger que gestiona el sitio. Wolf? Yes, yes, wolves. Empezamos a contar fantasmas grises entre
los troncos de las hayas: uno, dos, tres, cuatro, cinco.
En el interín, con nuestros sentidos enfocados al bosque donde la manada se
entrevé, la osa ha hecho mutis por el foro. El osazo sigue comiendo y los dos
hermanos están calibrando la posibilidad de volver al comedero. A su izquierda
el enorme macho, quizá su padre, a la derecha los lobos que se asoman entre los
árboles. La tensión se lee perfectamente en el lenguaje corporal de los
adolescentes. Sus movimientos se congelan pendientes de los lobos. Uno de los
cánidos trota en dirección a los osos, pero no aparece por donde lo espero. Ha
parado a pocos metros de ellos.
Sé que los lobos pueden volver a asomar la cabeza por algún punto de la
línea de árboles. He podido observar ese comportamiento en los lobos ibéricos
de la Culebra, cuando se amparan en las plantaciones de pino ródeno. Finalmente
aparece un prospector o prospectora (no descartamos que ese lobo tan estilizado
sea una hembra adulta). Observamos boquiabiertos como sale a la frontera con el
claro.
Sus pabellones auriculares no dejan de orientarse hacia atrás, allí donde
seguro que hay cuatro lobos más esperando, sin perder de vista la caseta donde
nos ocultamos seis humanos. Se echa, con la paciencia que le dicta su
maravilloso sentido de la estrategia. Los lobos no gastan energías hasta que no
llega el momento.
El lobo ha hecho que haya perdido el control sobre las entradas y salidas
de los osos. Mis compañeros han sido capaces de distinguir hasta ocho
individuos diferentes. El lobo se decide a explorar todos los estímulos que está recibiendo. Bordea el claro sin
llegar a acercarse mucho a ninguno de los osos que comen en él. Rodea nuestra
caseta elevada. Por la puerta abierta trasera lo veo. Está como mucho a seis o
siete metros del pie de la escalera que sube al porche.
Ati, el ranger, y yo salimos con cautela a la plataforma trasera y el
cánido aún pulula por allí. El veterano
guía se pone unas diminutas gafas de cerca, saca su cuaderno de campo y toma
notas sin dejar de mirar al lobo que aún vemos fugazmente. Nunca le he visto
hacerlo en todos estos años. Incluso a él, el momento le obliga a registrar
aquello.
Este es el Check-list de nuesta ecoexpedición, la próxima salida será el próximo mes de Julio. Teneis más fotos de la expedición es este enlace.
ANFIBIOS
1.
Sapo
de vientre amarillo (Bombina variegata)
2.
Sapo
de vientre de fuego (Bombina bombina)
3.
Sapo
verde (Bufo viridis)
4.
Ranas
verdes (Pelofilax sp.)
REPTILES
1.
Culebra
de collar (Natrix natrix)
2.
Culebra
teselada (Natrix tessellata)
3.
Lagarto
ágil (Lacerta agilis)
4.
Galápago
europeo (Emys orbicularis)
MAMIFEROS
1.
Ciervo
rojo (Cervus elaphus)
2.
Corzo
(Capreolus capreolus)
3.
Oso
pardo (Ursus arctos) 8
4.
Lobo
gris (Canis lupus) 6
GUIA Y TEXTO: JOSÉ CARLOS DE LAFUENTE
GUIA Y TEXTO: JOSÉ CARLOS DE LAFUENTE