Dicen que los samis llegaron a estas tierras hace miles de años, que son los aborigenes del norte de Europa, de Escandinavia. Cuentan que los samis son miles, se habla de 80.000 de los cuales más de la mitad viven en Noruega, y se distribuyen por Noruega, Finlandia,Suecia y Rusia y dicen que todavía algunos de ellos se dedican al pastoreo de renos. Muchos también hoy se dedican al turismo que les deja más beneficios. Dicen que suben los renos en verano a la montaña y en invierno los bajan a la tundra para que pasten entre la nieve fina. Si la nieve fina por que según los samis hay muchos especies de nieve, la húmeda, la que cae lentamente, la que flota..., los samis tienen una rica lengua que utilizan y que la constitución Noruega protege..., como a sus hablantes.
Nos encontramos con Isac en el fiordo Skarberget, cerca de Narvick. Tiene 71 años, vive solo y cada mañana sale a controlar sus rebaños esparcidos por las laderas de las montañas. En verano ya los recogerá pero ahora pastan libres por los bosques nevados. Hoy será nuestro guía. El objetivo es poder fotografiar alguna manada salvaje y si puede ser, descubrir a las hembras de lace, más activas que los machos. Isac no habla más que sami pero nos entendemos, lleva pantalón tradicional, botas de piel de reno y un enorme cuchillo al cinto. Sus ojos destilan sabiduría y se le nota encantado de acompañarnos en esta mañana.
Caminamos por laderas nevadas en silencio tras de él.bosques de abetos bajos y un metro de nueve, no llevamos raquetas pero Isac nos conduce sabiamente y en ningún momento nos hundimos. De repente se para y nos señala. A unos 200 metros una manada de renos pasta tranquilamente. guardamos silencio y seguimos avanzando hasta unos 100 metros y nos tiramos en la nieve para observarlos y fotografiarlos.Son muy hermosos y se dejan hacer. Todos celebramos en el encuentro y nuestro guia sonríe satisfecho. La estampa del bosque nevada y los renos con las montañas al fondo, es una postal difícil de olvidar.
Abandonamos este bosque y conducimos lejos de allá en busca de alces. Son esquivos pero nuestros guías son persistentes y tras varias horas de conducción divisamos una pareja de madre e hijo que huyen ante nuestra cercana presencia. Vistos aunque nos disfrutados. Pero hoy tenemos un buen día, cuando ya desistíamos de nuestro safari, una nueva pareja nos sorprende gratamente, nuestro guia frena ya que los animales están junto a la carretera. Estos si se dejan fotografiar un buen rato y podemos coleccionar bellas imágenes.Ha sido una enorme suerte.
Dicen que los samis tiene sus almas unidas a la naturaleza y como los Navy de Avatar están en profunda comunión con ella. Hoy los hemos comprobado, los animales los miran con respeto y los que hasta aquí llegamos nos transmiten la paza y el respeto por estos valles, lagos, fiordos y montañas que se mantendrá con nosotros mucho tiempo.
En enero salimos de nuevo al encuentro, tenéis más información y más fotografías en este enlace.
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