El elefante marino es un género de mamífero pinnípedo de la familia de los fócidos integrado por dos especies: el elefante marino del norte (Mirounga angustirostris) y el elefante marino del sur (Mirounga leonina). El macho de este último es el mayor pinnípedo que existe en la actualidad y probablemente el mayor que haya existido.
El elefante marino del norte vive a lo largo de la costa oeste de Norteamérica, entre California y México, en ocasiones, es posible encontrarlo en Alaska. La distribución del elefante marino del sur es mucho más amplia. Se reproduce en las costas de la Patagonia Argentina, Islas Malvinas, Antártida, Tasmania y Nueva Zelanda.
La principal característica de estas especies es la presencia de un enorme dimorfismo sexual, el mayor entre todas las especies de mamíferos. Los machos pueden superar los 6 metros de longitud y las 4 toneladas de peso mientras que las hembras apenas alcanzan los 3 metros y 900 kilos. Además, los machos presentan una proboscide similar a una trompa, que desarrollan a parti de los 8 años de edad. De ahí su nombre común.
El elefante marino pasa la mayor parte del tiempo en el mar y sólo se acercan a las costas para mudar el pelaje y reproducirse. Para ello, los machos se enfrenta en batallas realmente violentas con el objetivo de dominar la porción de playa lo más grande posible para constituir un harén y aparearse con distintas hembras. El periodo de gestación dura aproximadamente 10 meses y las hembras dan a luz a una única cría de color negro y unos 35 kilogramos de peso.
Por su tamaño, los elefantes marinos adultos tienen pocos depredadores. Las hembras y los jóvenes pueden ser ocasionalmente presas de las orcas y del gran tiburón blanco. Sin embargo, el mayor peligro para esta especie lo ha constituido la caza humana. Durante el S. XIX se abatieron muchos ejemplares con el fin de comerciar su carne, piel y, especialmente, su grasa que se convertía en aceite. En la actualidad están protegidos y la población de ambas especies ha incrementado notablemente.
Ecowildlife ha organizado una expedición para explorar la costa de Península Valdés en Argentina, un lugar que fascinará al viajero por la abundancia de fauna salvaje marina y por ser el único apostadero continental en el que es posible ver al elefante marino del sur en estado salvaje. La ballena franca austral y el lobo marino de un pelo son otras especies que podrán avistarse en su medio natural. La salida está prevista para el 20 de agosto.
Para más información visitar nuestra web.
El elefante marino del norte vive a lo largo de la costa oeste de Norteamérica, entre California y México, en ocasiones, es posible encontrarlo en Alaska. La distribución del elefante marino del sur es mucho más amplia. Se reproduce en las costas de la Patagonia Argentina, Islas Malvinas, Antártida, Tasmania y Nueva Zelanda.
La principal característica de estas especies es la presencia de un enorme dimorfismo sexual, el mayor entre todas las especies de mamíferos. Los machos pueden superar los 6 metros de longitud y las 4 toneladas de peso mientras que las hembras apenas alcanzan los 3 metros y 900 kilos. Además, los machos presentan una proboscide similar a una trompa, que desarrollan a parti de los 8 años de edad. De ahí su nombre común.
El elefante marino pasa la mayor parte del tiempo en el mar y sólo se acercan a las costas para mudar el pelaje y reproducirse. Para ello, los machos se enfrenta en batallas realmente violentas con el objetivo de dominar la porción de playa lo más grande posible para constituir un harén y aparearse con distintas hembras. El periodo de gestación dura aproximadamente 10 meses y las hembras dan a luz a una única cría de color negro y unos 35 kilogramos de peso.
Por su tamaño, los elefantes marinos adultos tienen pocos depredadores. Las hembras y los jóvenes pueden ser ocasionalmente presas de las orcas y del gran tiburón blanco. Sin embargo, el mayor peligro para esta especie lo ha constituido la caza humana. Durante el S. XIX se abatieron muchos ejemplares con el fin de comerciar su carne, piel y, especialmente, su grasa que se convertía en aceite. En la actualidad están protegidos y la población de ambas especies ha incrementado notablemente.
Ecowildlife ha organizado una expedición para explorar la costa de Península Valdés en Argentina, un lugar que fascinará al viajero por la abundancia de fauna salvaje marina y por ser el único apostadero continental en el que es posible ver al elefante marino del sur en estado salvaje. La ballena franca austral y el lobo marino de un pelo son otras especies que podrán avistarse en su medio natural. La salida está prevista para el 20 de agosto.
Para más información visitar nuestra web.
Guuuuuauuuuuuuu!
ResponderEliminarGracias por compartirlo. No tenemos elefantes marinos en Nicaragua, pero vale la pena conocer a nuestra fauna: www.lagunadeapoyo.blogspot.com.
¡Nos ha gustado vuestro blog! Nos parece muy interesante todas la actividades que organiza Laguna de Apoyo. La fauna de Nicaragua no tiene absolutamente nada que envidiar a la de otros países americanos.
ResponderEliminarEn el siguiente link podéis ver la expediciones que Ecowildlife organiza a Nicaragua
http://www.ecowildlife.es/index.php?option=com_content&view=article&id=1421&Itemid=638&lang=es&74a46b76117eb0dc20bcdc890464df6d=8c2b74cbd2c668f4dda69ef43a6a2da6