La ministra Tejerina y si jefe el impagable Montoro lo tienen claro, tod tiene un precio, y como él no se anda por las ramas y mucho menos por el monte, ha decidio abrir la puerta al patrocinio de nuestro bien natural más preciado, los parques nacionales.
Primero les adjudicará a los parques el rol de atractivo económico, el texto legal abre específicamente la posibilidad de que las empresas privadas participen en la financiación de los espacios protegidos. Y una vez echo, carta blanca a la empresa privada, pero lejos de buscar la formula de un patrocinio simbólico como existe ya en muchos lugares, no que va, la cosa va más allá, desde ponerle un nombre comercial al parque hasta vestir a nuestro agentes rurales como si de personal del Macdonald se tratará con su gorrita y sus camisas bordadas y encima Medio Ambiente considera que se conseguirán así "recursos financieros adicionales para la conservación".
A nadie se le ocurre la optimización de la gestión o el patrocinio medioambienta no, la entrada de dinero deja en manos de las empresas la dinamización de los parques, es decir que, según los ecologistas, "se diversifican las vías de entrada para que aprovechen las reservas: se multiplica el turismo, se permite la navegación, el vuelo sin motor. En definitiva el mercantilismo como eje de la gestión". Y cuando haya crisis se abandona como ha sucedido este año en tantos temas y todo a la mierda y el parque abandonado. Un desastre
A nadie se le ocurre la optimización de la gestión o el patrocinio medioambienta no, la entrada de dinero deja en manos de las empresas la dinamización de los parques, es decir que, según los ecologistas, "se diversifican las vías de entrada para que aprovechen las reservas: se multiplica el turismo, se permite la navegación, el vuelo sin motor. En definitiva el mercantilismo como eje de la gestión". Y cuando haya crisis se abandona como ha sucedido este año en tantos temas y todo a la mierda y el parque abandonado. Un desastre
Lean ahora este ejemplo que nos dan los ecologistas para que vean el ejemplo más claro de los que puede suceder según Francisco Patón, miembro del patronato del parque nacional de Guadarrama.
El laboratorio de la Sierra de Guadarrama
El ejemplo más claro de esta manera de actuar se está dando en el parque nacional más reciente, el de la Sierra de Guadarrama. La promoción oficial por parte de la la Administración del espacio como atractivo turístico ha disparado la presión sobre el terreno. La propia Comunidad de Madrid subraya la multiplicación de visitantes de la zona desde que se declaró parque y la capacidad para generar negocio.
Sólo en competiciones deportivas, Guadarrama se ha convertido en polideportivo al aire libre a pesar de que sendos documentos del Comité Olímpico Español y la Federación Española de Deportes de Montaña han especificado que "con criterio general se recomienda no organizar eventos en espacios protegidos. Los propios deportistas se autorregulan y luego llegan las administraciones y autorizan a las empresas", resume Patón.
Si Guadarrama ha sido el último en llegar, Patón cree que la ley en tramitación, "extiende esa fórmula" aunque "el número de visitantes influye mucho. En Madrid hay un mercado gigante".
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