En las
inmediaciones del control a la entrada del P.N. Nakuru una tropa de papiones
forrajea entre las casas del personal del parque. Observo la amenazadora
potencia de los grandes machos, imprescindible para una especie que optó por la
peligrosa aventura evolutiva de vivir en tierra firme. Un monito sube y baja de la grupa de su madre
en movimiento con una habilidad digna de admiración.
El contraste de la
ropa de colores tendida en los porches y la presencia de los monos rinocéfalos
ilustra mi interés por la coexistencia
entre fauna y humanos. De pronto, una muchacha sale con una caja de cartón
llena de restos de hortalizas y un palo. Camina segura entre los monos hasta un
punto algo apartado de las edificaciones. Mientras, los papiones la acompañan
como animales de corral. En el punto acordado, les echa las verduras y vuelve a
entrar en una de las casas.
La verdad es que
desconozco los motivos por los que estos primates son alimentados en el lugar.
Puede que sea por eliminar residuos
domésticos orgánicos, como hacíamos aquí apenas una generación atrás, en las
comunidades rurales. Incluso podría ser un sistema experimental para sacarlos
de ambientes humanizados con parches de comida fácil que progresivamente los
aleja de la zona.
Las dos especies
entran en conflicto a menudo. He leído casos de ataques a niños por parte de
papiones en los suburbios de Nakuru en los últimos años. Algunos machos poseen
colmillos más largos y letales que los de un leopardo. Yo mismo sufrí el ataque
de un macho de esta misma especie cuando tenía once años y mi rebequita azul
desgarrada lo atestiguó durante años. Pero esa es otra historia.
En los próximo meses tenemos programadas nuevas salidas a los parques nacionales de Kenia y en concreto en Semana Santa 2019 yo lidero una salida a Masia Mara y Samburu, os podeis descargar la información en este enlace.
JOSÉ CARLOS DE LA FUENTE
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